viernes, 28 de marzo de 2008

Monjes consiguen manifestarse ante periodistas extranjeros en Lhasa

(AFP) — Los monjes de uno de los templos más sagrados del budismo tibetano desafiaron el jueves a las autoridades chinas manifestándose a favor de su líder espiritual, el Dalai Lama, frente a periodistas extranjeros en Lhasa, capital de Tíbet.

La protesta se llevó a cabo durante una visita organizada por el gobierno chino para dar a los reporteros la versión oficial de los graves disturbios que este mes sacudieron la región.

Se produjo además pocas horas después de que el presidente estadounidense, George W. Bush, se sumara a quienes piden que Pekín entable un diálogo con el Dalai Lama para resolver la crisis en esa región del Himalaya.

La represión de las manifestaciones, que se iniciaron el 10 de marzo en el Tíbet y se extendieron a enclaves tibetanos de otras provincias, creó una fuerte presión internacional, con llamamientos al boicot de las ceremonias oficiales de los Juegos Olímpicos de Pekín, que se inaugurarán en agosto.

China asegura que su respuesta a las protestas -las mayores de las últimas décadas- fue moderada y que la situación está nuevamente bajo control.

Pero la demostración llevada a cabo el jueves por varias decenas de monjes del templo de Jokhand, en Lhasa, prueba que sigue habiendo disconformidad con el régimen chino.

"Queremos libertad, queremos al Dalai Lama", gritaron los bonzos, según uno de los 26 periodistas que integraban el grupo guiado por funcionarios chinos.

Los monjes interrumpieron la intervención de un responsable chino, que hablaba de las recientes manifestaciones, y lo acusaron de ser "un mentiroso".

El incidente fue reportado por la agencia japonesa Kiodo y otros medios de internacionales. La agencia oficial Nueva China hizo un breve despacho sobre lo ocurrido, aunque sin mencionar las declaraciones de los monjes.

Según Kiodo, "treinta jóvenes bonzos" participaron en la protesta. Un periodista que formaba parte del grupo estimó que eran "entre 50 y 60".

Acto seguido, los responsables del viaje invitaron a los periodistas a abandonar el lugar.

El ingreso de periodistas extranjeros en Tíbet estaba vedado desde el inicio de los disturbios.

China organizó desde el miércoles hasta el viernes un viaje de prensa a Lhasa destinado a mostrar "la verdad" a la prensa extranjera. Se trata del primer grupo de periodistas extranjeros autorizados a visitar la capital tibetana desde el 14 de marzo.

La AFP y otros grandes medios internacionales no fueron invitados.

Las protestas en Lhasa se iniciaron con motivo del 49 aniversario del levantamiento antichino en Tíbet de 1959, cuya represión forzó al Dalai Lama a exiliarse en India, donde vive hasta ahora.

Las manifestaciones derivaron en violentos disturbios el día 14 en Lhasa y se extendieron a provincias vecinas.

Según la versión oficial, los incidentes se saldaron con veinte muertos: 18 civiles "inocentes" y dos policías. Las organizaciones tibetanas afirman que la represión dejó unas 140 víctimas fatales, mil heridos y numerosos detenidos.

El miércoles, Bush llamó por teléfono al presidente chino, Hu Jintao, para plantearle su "preocupación" por la situación en Tíbet y alentarlo a "iniciar un diálogo con los representantes del Dalai Lama", informó la Casa Blanca.

Sin embargo, Hu reiteró que considera al Dalai como el instigador de los disturbios, con el fin de sabotear los Juegos Olímpicos de Pekín.

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