China acusó al lama de estar detrás de una serie de atentados con bomba en la zona en la que residía, algo que él siempre negó con vehemencia. Un pariente suyo, Lobsang Dhondup, fue salvajemente torturado y ejecutado tras ser condenado a muerte por el mismo asunto. La presión internacional de aquel momento consiguió que al lama le cambiasen la pena de muerte por cadena perpétua a partir de enero de 2005.
Se dice que los oficiales chinos, recelosos de su gran popularidad como figura religiosa y como represalia por su activismo humanitario y medioambiental, le implicaron en el caso siendo inocente. Se sabe que era alguien muy querido incluso entre los chinos de su localidad, sobre todo por sus esfuerzos por fomentar las buenas relaciones entre ambas etnias.
En diciembre de 2009, tibetanos de Lithang y Nyagchukha organizaron varias grandes protestas para demandar la puesta en libertad del lama, produciéndose enfrentamientos violentos con la policía, lo que acabó con serveros despliegues de seguridad en ambas áreas.
Las hermanas de Rimpoché le dijeron durante el encuentro que habían intentado explicar su inocencia a las autoridades de Pekín. Rimpoché les pidió que continuasen con sus esfuerzos, asegurando que él mismo también ha enviado cartas a 26 departamentos del gobierno.
Fuente: Dossier Tibet / Radio Free Asia