viernes, 12 de diciembre de 2008

Nueva oleada de abusos administrativos en Lhasa

El gobierno chino ha empezado a ejecutar planes para cerrar escuelas y hospitales además de arrestos aleatorios de tibetanos en Lhasa y el condado de Kartze, según han informado fuentes tibetanas fiables.

La violenta represión contra los tibetanos desde los disturbios del 10 de marzo de este año cuenta ya con un saldo de 219 tibetanos muertos y 1294 heridos, según cifras del 31 de octubre.

Unas 5600 personas todavía están bajo arresto o retenidos y se calculan en unos mil los que permanecen en paradero desconocido.

Manifestaciones en Lhasa

Según información fiable recibida desde Tibet, en la mañana del 22 de noviembre, un grupo de tibetanos formado por cuatro monjas y un número indeterminado de jóvenes mostraron pancartas con eslóganes pro-tibetanos en la Plaza Bharkor de Lhasa. Tan pronto como empezó la protesta, fueron brutalmente golpeados y llevados detenidos por la policía china. Las identidades de los participantes no ha trascendido.

Comienzan a arrestar a tibetanos al azar en Lhasa

De forma similar, desde principios de noviembre algunos tibetanos al azar han sido sacados de sus casas en Lhasa por un grupo conjunto de agentes secretos chinos y oficiales de la Oficina de Seguridad Pública. La razón de los arrestos sigue sin conocerse y los detenidos continúan privados de libertad.

Planes para cerrar colegios privados y hospitales en Tibet

Por si fuera poco, según información fiable, los departamentos correspondientes en Lhasa han empezado a poner bajo vigilancia escuelas tibetanas y las autoridades también planean cerrar muchos de los centros educativos.

Así mismo, las autoridades chinas han puesto el ojo sobre colegios privados y pequeños centros de salud en Kartze. La campaña tiene como objetivo de entorpecer la labor de los tibetanos que se dedican a organizar proyectos de beneficencia para residentes de la zona, sospechando que puedan servir de tapadera a movimientos políticos.

El 1 de diciembre, fuentes informaron sobre la decisión de cerrar las instituciones educativas y sanitarias más prestigiosas y reconocidas de Kartze. Entre ellas el hospital y el colegio propiedad de Khangsar Kyabgyon Tulku y Lamdag Tulku, y el Instituto de Lengua Tibetana de Kartze.

Mostrando una profunda preocupación, los padres de los alumnos y otros vecinos tanto jóvenes como mayores han acudido a las autoridades solicitando que estas instalaciones no dejen de funcionar.

Un gran número de agentes armados mantienen toda la región bajo vigilancia permanente.

Además, las autoridades están manteniendo reuniones en todas las instituciones monásticas bajo el pretexto de prevenir manifestaciones pacíficas. Mientras tanto, se están aprobando medidas por parte del gobierno, como su supervisión sobre la renovación del complejo monástico. Todos los monjes y monjas han recibido la orden específica de no causar disturbios, por lo que están obligados a dar sus datos personales para quedar registrados.

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