Los familiares de los cuatro tibetanos condenados a muerte y de un quinto sentenciado a cadena perpetua por un tribunal chino por participar en las protestas del año pasado están seriamente preocupados ya que se desconoce su paradero desde que se anunciaron los veredictos el pasado 8 de abril.
El juzgado de Lhasa anunció la condena a muerte de Lobsang Gyaltsen, de 27 años; Kangtsug, 22; Loyak, 25 (en la foto, con claros signos de haber sufrido golpes en la cara); y Tenzin Phuntsok, 27, mientras que un quinto joven, Dawa Sangpo, de 30 años, pintor y escultor de profesión, fue detenido durante 15 días sin acusación alguna, varios días antes de que comenzasen las protestas. Después, se le condenó a cadena perpetua acusado de haber participado en ellas. Tiene un hijo de 16 años, que vive con su madre, llamada Lhakpa.
Según las leyes chinas, es obligatorio que los juzgados de nivel intermedio, como el de Lhasa, informen de las sentencias a muerte al Tribunal Supremo en un plazo máximo de seis semanas. Sin embargo, este plazo finalizó el martes 21 de mayo y no se conoce el paradero de los detenidos ni en qué situación se encuentran.
Según los medios de comunicación chinos, el gobierno los juzgó de forma pública. Sin embargo, sus familiares aseguran que esa no era la información que les habían facilitado y que cuando pidieron la asistencia de abogados, se les negó la posibilidad de defenderse.
El mismo tribunal condenó a dos mujeres tibetanas a muerte y a cadena perpetua el pasado 21 de abril. Sus familiares denuncian que las jóvenes no recibieron un juicio ni público ni justo, y que fueron coaccionadas a declararse culpables. Según un portavoz del juzgado, Penkyi (21), natural de Norbu, en el condado de Sakya, ha sido condenada a cadena perpetua por incendiar dos tiendas de ropa causando la muerte del propietario de una de ellas, según el funcionario. No ha sido la única persona tibetana acusada recientemente de haber provocado incendios.
Otra persona llamada Penkyi (23), del condado de Nyemo, fue condenada a cadena perpetua, mientras que Chime Lhamo (20) pasará en prisión diez años, añade el funcionario.
La Administración Central Tibetana y diversos grupos de defensa de los Derechos Humanos han mostrado ya su firme condena y honda preocupación ante las sentencias arbitrarias impuestas a los tibetanos en China.
Fuente: Tibet.Net
El juzgado de Lhasa anunció la condena a muerte de Lobsang Gyaltsen, de 27 años; Kangtsug, 22; Loyak, 25 (en la foto, con claros signos de haber sufrido golpes en la cara); y Tenzin Phuntsok, 27, mientras que un quinto joven, Dawa Sangpo, de 30 años, pintor y escultor de profesión, fue detenido durante 15 días sin acusación alguna, varios días antes de que comenzasen las protestas. Después, se le condenó a cadena perpetua acusado de haber participado en ellas. Tiene un hijo de 16 años, que vive con su madre, llamada Lhakpa.
Según las leyes chinas, es obligatorio que los juzgados de nivel intermedio, como el de Lhasa, informen de las sentencias a muerte al Tribunal Supremo en un plazo máximo de seis semanas. Sin embargo, este plazo finalizó el martes 21 de mayo y no se conoce el paradero de los detenidos ni en qué situación se encuentran.
Según los medios de comunicación chinos, el gobierno los juzgó de forma pública. Sin embargo, sus familiares aseguran que esa no era la información que les habían facilitado y que cuando pidieron la asistencia de abogados, se les negó la posibilidad de defenderse.
El mismo tribunal condenó a dos mujeres tibetanas a muerte y a cadena perpetua el pasado 21 de abril. Sus familiares denuncian que las jóvenes no recibieron un juicio ni público ni justo, y que fueron coaccionadas a declararse culpables. Según un portavoz del juzgado, Penkyi (21), natural de Norbu, en el condado de Sakya, ha sido condenada a cadena perpetua por incendiar dos tiendas de ropa causando la muerte del propietario de una de ellas, según el funcionario. No ha sido la única persona tibetana acusada recientemente de haber provocado incendios.
Otra persona llamada Penkyi (23), del condado de Nyemo, fue condenada a cadena perpetua, mientras que Chime Lhamo (20) pasará en prisión diez años, añade el funcionario.
La Administración Central Tibetana y diversos grupos de defensa de los Derechos Humanos han mostrado ya su firme condena y honda preocupación ante las sentencias arbitrarias impuestas a los tibetanos en China.
Fuente: Tibet.Net
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