
A una de las personas heridas se le negó la entrada en un hospital, por lo que tuvo que ser trasladado a otro centro médico y desde entonces no se sabe si ha muerto o sigue vivo.
Las fuentes atribuyen el incidente a un proyecto minero que inició el gobierno en el condado de Gyama en 1990, por lo que un gran número de mineros chinos ha sido trasladado a la zona.
Recientemente los vecinos tibetanos habían intentado protestar ante las autoridades locales por el trasvase del río, que es utilizado para irrigación agrícola. Después de que se negasen a escuchar sus reclamaciones, todo acabó con un enfrentamiento con un grupo de mineros chinos.
Tras el incidente, los portavoces de todas las familias de las treces explotaciones granjeras afectadas, protestaron ante la oficina gubernamental local, a lo que las autoridades respondieron enviando un grupo de altos cargos del condado, funcionarios y presencia militar a la región el día siguiente. Las autoridades se reunieron con los vecinos, que exigieron el fín de las explotaciones mineras y criticaron al gobierno por negarse a atender sus peticiones. El proyecto minero ha acabado ya con la vida de mil animales, tanto domésticos como silvestres, ha dejado los pastizales secos y ha contaminado el agua potable por el vertido de resíduos tóxicos de forma incontrolada.
Los afectados también aseguran que si el proyecto minero no se paraliza, deberían irse a vivir a otro lugar. De lo contrario, todos los mineros deberán irse. Tras varias horas de tensa discusión, un gran número de mineros chinos junto a fuerzas de seguridad abandonaron la zona. Las protestas ante la oficina gubernamental continuaron hasta el día siguiente.
Fuente: Tibet.Net